En el siglo xv la arquitectura gótica fue capaz de renovarse, alcanzando enormes cotas de virtuosismo. Este libro plantea una visión homogénea de los cauces por los que transcurrió la transmisión del conocimiento que posibilitó el desarrollo de nuevas soluciones constructivas y estéticas en la Corona de Aragón. El lector se acercará a cuestiones como el aprendizaje del oficio en el taller, la importancia que alcanzaron los dibujos y modelos visuales, la movilidad de los arquitectos y la conexión entre los profesionales de la construcción con otras menestralías artísticas. El estudio se completa con dos apéndices, en los que se muestran los arquitectos que trabajaron en las principales catedrales y las obras que realizaron, y un episcopologio, con los maestros de obras que trabajaron durante los diferentes obispados.